El último domingo de agosto
ansó retrocede en el tiempo y luce en sus pintorescas
calles todos sus
trajes. Es un día especial para visitarlo. Los
rincones en los que se representan diferentes escenas (hilanderas, esquileo, ...) nos hacen partícipes de un sueño que en pocos sitios podemos vivir.
Nos alejan del bullicio y contaminacion de las grandes ciudades para ponernos en una estrecha cercanía con la
naturaleza y la forma de vida de sus antepasados.
Yo, llegue a ansó por primera vez con 19 años
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