Nosotras somos las gemelas de la narcisa, Desde que eramos pequeñas cada
verano ibamos allí unos 15 días, pero nuestros abuelos vinieron a
Zaragoza y con el paso del tiempo, pocas son las veces que vamos allí. Pero no por ello, significa que nos hemos olvidado de sus
calles, de sus placicas, de sus rinconcicos, de sus cuestas, y de los niños y niñas con los que tan buenos ratos nos han hecho pasar en esos
veranos. Por ello, aunque no vallamos, no dejamos de presumir de nuestro
pueblo que cada vez
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