Originalmente se trataba de una
iglesia románica del siglo XII, cercana a la
cueva-eremitorio en la ladera del
monte Airal donde pasó sus últimos años
San Úrbez en los siglos VIII-IX. El
edificio sufrió importantes reformas durante el siglo XVI y en el siglo XVIII se sustituyeron las cubiertas por
bóvedas de cañón.