La
iglesia de los Escolapios en su interior es majestuosa y señorial.
En la parte posterior hay un
coro dónde íbamos a ensayar los postulantes y novicios las canciones que cantábamos durante la misa los domingos y en las festividades señaladas.
¡Qué tiempos aquellos! Y hoy, todo cerrado a cal y canto ¿no?