He visitado este bonito
pueblo y me ha encantado. Lo que no me ha gustado es la forma en que lo llevan, ya que no veo el mas minimo espiritu conservador del patrimonio en ellos con el chiringuito de recuerdos instalado en la
sala capitular de la
catedral sin ningun cuidado por los elementos de madera que lo componen, asi como lo de tener un
restaurante dentro de la propia catedral, aunque sea el antiguo
comedor de los monjes, lo encuentro un detalle inadecuado para el entorno.
Encuentro que se hace
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