Crecí en este inigualable lugar, hace la friolera de 57 años, aunque yo soy madrileña. Tengo recuerdos inborrables de su belleza y de las dotes y la gentileza de sus gentes. He vuelto en varias ocasiones, muy brevemente, y siempre me voy deslubrada por su encanto. No creo que quede ya casi nadie de aquella época, pero pienso regresar con más calma antes de que se convierta definitivamente en otra cosa...