"Cuando la visita Lucient Briet enumera la existencia de un gran número de exvotos colgados de las paredes: brazos, piernas, cabezas, pies y delicadas figuras de cera roja que parecían juguetes de niños. El pirineista apunta también que las gentes que padecían algún mal, bebían
agua de la
fuente interior o se lavaban con el líquido fuera de la caverna, por sus propiedades curativas.
Durante la Guerra Civil, se produjo el expolio y la destrucción del interior de la
ermita. Cuentan que el promotor fue un vecino de la zona que, pocos días después, murió tiroteado en la central hidroeléctrica de
Apiés."
Texto procedente de: http://www.
piedras-sagradas. es/
san-martin-de-la-bal-donser a-san-julian-de-banzo/