El
monasterio de
San Juan de La Peña o Sant Chuan d’a Penya fue uno de los cenobios más importantes de
Aragón durante la alta Edad Media. Sirvió de panteón Real a los reyes de Aragón. Formando parte del
camino de Santiago.
Según cuenta la leyenda el
joven Voto u Oto, cazando por esos lugares, y persiguiendo a una presa se despeñó por el
monte Pano, milagrosamente salvó la vida, y en el fondo del barranco descubrió una
cueva dedicada a San Juan Bautista, hallando en su interior el cadáver del
ermitaño Juan de
Atarés. Este hecho hizo que abandonara la vida mundana y, junto a su hermano Félix, se convirtieron en ermitaños, estableciéndose en este lugar.
El monasterio es un centro importante en la
historia de Aragón. Su construcción comenzó en 1026 por iniciativa de Sancho el Mayor, siendo cedido por Sancho Ramírez, al Cluny. Este precioso
claustro fue realizado en el siglo XII, cada uno de sus
capiteles es una verdadera joya
románica.