Hace 13 años estuve en éste maravilloso lugar. Me sentí como en casa. Estaba hospedada en Casa Puyuelo, y su dueña, Maria Jesús, nos hizo sentir de la familia. Los alrededores son de ensueño. Recuerdo que daba largos paseos por la carretera a Pinarillos y por el antigüo molino, camino del rio. También hice senderismo hasta Buesa. Eso fué de maravilla. !Que paz!. La iglesia es pequeña, pero entrañable, muy bien cuidada. El cura va una vez en semana a dar misa. No he podido volver, pero tengo esperanza de hacerlo algún dia. Se me olvidaba, allí aprendió a montar en bici mi hijo.