En medio de un
valle escondido que drena el barranco que desciende del pico de La Cuta (2.147 m) se encuentra
Urdués, al amparo de su parroquial de
San Martín,
edificio muy reformado en la década de 1980.
De la primitiva
iglesia románica conserva el
ábside, muy sencillo, mientras que el resto del templo, y su airosa
torre, corresponde a las reformas emprendidas durante el s. XVII. La
portada es ejemplar de interés, de influencia escurialense. Al interior presenta los muros completamente enlucidos, excepto los sillares del ábside. Desaparecidos o dispersos sus antiguos
retablos, la iglesia sólo conserva una pieza de valor
artístico: una talla de la
Virgen con el Niño que procede de la
ermita de Catarecha.
La mención más antigua de la localidad de Urdués es del año 867, cuando el conde Galindo Aznárez la dona al
monasterio de
Siresa, perteneciendo a partir de este momento a su priorato. El edificio actual es el resultado de diversas etapas constructivas, lo que dificulta su datación. Presenta planta de una nave rematada en ábside semicircular, que constituye el único testimonio conservado del siglo XII. En el lado Sur se adosan dos pequeñas
capillas de planta rectangular y en la zona de los pies se alza una torre
campanario y se abre la única portada de acceso al interior, que corresponde a la campaña constructiva llevada a cabo a principios del siglo XVII.
Es un edificio construido en sillarejo y mampostería a excepción del ábside, levantado en
piedra sillar. Su aspecto actual se debe a la radical restauración efectuada en la década de 1980. Antes de la misma, el templo se hallaba abandonado y sin cubiertas.