Será durante el Epipaleolítico cuando los primeros pobladores se establezcan en los alrededores de
Albarracín, dejando numerosas manifestaciones de
arte rupestre post-paleolítico, como: Cocinilla del Obispo, Prado del Navazo, Olivanas,
Camino del Arrastradero..., en las que se pueden observar escenas de
caza,
toros blancos, ciervos, équidos y estilizados arqueros en rojo y negro.
Poblados de la Edad del Bronce y del Hierro y abundantes celtibéricos, demuestran la continuidad de la ocupación humana de esta Ciudad. De época
romana destaca el
acueducto, excavado en
roca, que abasteció de
agua hasta la Edad Media a la vecina localidad de
Cella.
Del Albarracín visigodo sólo restan vagas referencias literarias, que nos dan a conocer su nombre:
Santa María de Levante.
Tras la invasión musulmana de la península, Albarracín pasa a ser muy pronto un núcleo
militar de primera magnitud. De esta primera época islámica (s. X) datan El
Torreón del Andador, la Alcazaba y la
Torre del Agua.
Albarracín se convierte en capital del Taifato Independiente de los Ibn Razin, siendo su primer rey Abu Mohamed Hudail. A éste le seguirá Abu Meruan Abdelmélic, del que se conserva un esenciero de plata considerado como una de las mejores joyas de orfebrería del arte hispano-musulmán.
Por concesión y no por conquista, Albarracín pasa a manos de la
familia cristiana de los Azagra, que harán de esta ciudad un Señorío Independiente de Castilla y
Aragón desde 1170 hasta 1285, cuando es conquistada por Pedro III de Aragón. Los Azagra serán quienes otorguen a la ciudad sus fueros, surgiendo de ellos la Comunidad de Albarracín, que todavía persiste.
HISTORIA ECLESIÁSTICA. A solicitud de D. Pedro Ruiz de Azagra se ennobleció esta c. con silla ep., en 1171; se la dio el título de la ant. sede Arcabricense por creer inmediatas a ella las
ruinas dé la célebre Arcabriga (V.); con este título consagró a su primer ob. D. Martin, el arz. de
Toledo, D. Cerebruno, en 1172. Este prelado mandó al nuevo ob. D. Martin, en 1176 dejase el título de Arcabricense, tomando el de Segobricense, convencido de la correspondencia de la ant. Segobrilla á Segorve en cuyo terr. se encontraba la nueva silla. Por bula del papa Alejandro IV, dada en Anagni á 18 de marzo del quinto año de su pontificado, se mandó que la c. de Segorve estuviese sujeta al ob. de Albarracín. Luego se consideraron más atendibles las razones de Segorve, que las de Albarracín, para poseer la dignidad ep.; aunque al establecerla en Albarracín no se tuviera presente otra, que el deseo de engrandecer esta c., que tenía su señor, y la conveniencia en la elección de su sede, siendo el denominarla Arcabricense o Segobricense moro recuerdo de estas ant. sillas, a las que se creía haber pertenecido su terr., con olvido de la Valeríense, de la que debia ser más bien que de la de Arcabriga; vacilando entre las dos; pero sin que este recuerdo nada significase entonces: después hizo que se mirara la dióc. de Albarracín, como una restauración de la Segobricense; la residencia de su silla temporal, a causa de estar en poder de los infieles la ant. Segobriga ó Segorve, y las ruinas de la famosa Escabriga o Cabeza de Griego; y fué trasladada a la c. de Segorve (V, SEGORVE). En 1577 la restituyó su dignidad el rey D. Felipe II por bulas del papa Gregorio XIII, eligiendo prelado á D. Juan Trullo: rentaba esta dióc. 6,000 ducados anuales.
Habiendo sido el primer ob. de Albarracin, D. Martin, el último que ha llevado el título de Arcabricense; aunque después lo cambió, y resultando ser la antigua Arcabriga el actual Cabeza de Griego, como se verá en su art., pondremos aqui el catálogo de los ob. de aquella ant. igl.; pero muy sucintamente, pudiendo verse las pruebas en que lo fundamos en dicho art. Cabeza de Griego.
El primero, cuyo nombre se ha perpetuado, es Pedro: gobernó esta igl. desde antes del año 589 hasta cerca del 600.
Tehodosio: desde antes del 610: no se sabe lo que sobrevivió a esta época, porque pasaron 23 años sin celebrarse otro concilio en la prov.
Carlesio: desde antes del 633 hasta después del 638. Balduigio ó Waldingio: desde poco antes del 653 hasta después del 656.
Mumulo: desde antes del 675 hasta cerca del 677.
Simpronio: desde antes del 677 hasta cerca del 686.
Gabinio: desde cerca del 686 hasta después del 693. La mala inteligencia de los nombres, y la falta de conocimientos en la geografía antigua, hizo como hemos visto, que se llamase Arcabricense la silla de Albarracin en su principio, y que se diera su título a su primer ob., luego de su consagración. Rectificado este error, se desprendió de la Sede ríe Albarracin dicho título, que después se atribuyó a la do
Cuenca (V).
* Diccionario Geográfico – Estadístico - Histórico de
España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz, 1848.