Desde el final de la
calle Azagra podemos contemplar una bonita vista del
Castillo, la
Catedral, el
Mirador... y descubrimos una
casa azul, única en su género en
Albarracín. Esta casa del s. XVII, pertenecía a la
familia Navarro de Arzuriaga, que evidentemente llegó a tener un gran poder económico gracias a la trashumancia.