Situada en plena
Sierra del mismo nombre, es un precioso conjunto
amurallado, a orillas del
río Guadalaviar. Un lugar donde la
arquitectura se fusiona con el
paisaje. Es considerado uno de los conjuntos histórico-artísticos más bonitos de
España. Fue declarado
Monumento Nacional en 1961; y medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1966.
El
pueblo está edificado sobre un peñón y a orillas del Guadalaviar. Por este lado y mirando hacia el río se hallan las ya mencionadas "
Casas Colgadas". En la
fotografía las vemos por la parte posterior, las
fachadas principales dan a la
calle Azagra, una de las más importantes
vías de la ciudad.
Lo más representativo de esta arquitectura popular son las llamadas Casas de entramado de madera con paramentos enfoscados de yeso rojizo, que proporciona ese
color tan característico a la villa.
En
Albarracín encontramos el único centro productor de yeso tradicional en España, material idóneo para recubrir los muros exteriores. Su elaboración se realiza con
piedras locales (piedras rodenas) que dan ese color rojo asalmonado tan típico.
En el año 1172 se creó el Obispado de Albarracín, momento en el que se erigió un templo de traza
románica en el lugar que ocupaba la antigua mezquita. La
catedral actual se eleva en ese mismo emplazamiento.
La Catedral que contemplamos hoy comenzó a construirse en 1572, finalizándose en 1600 con la terminación de la
torre. En ella, trabajaron el arquitecto francés Quinto Pierres Vedel, constructor de la nave y el
claustro; Martín de Castañeda, a quien se debe la cabecera y el
coro; y Alonso del
Barrio Dajo, que levantó la torre, de planta cuadrangular y rematada por un chapitel octogonal de brillantes azulejos que domina la ciudad.
A la izquierda de la imagen, y alzándose sobre el
caserío se puede vislumbrar la antigua alcazaba de la que apenas se tienen datos de su origen. Lo que si se puede asegurar es que perteneció al conocido "triángulo defensivo de la ciudad": el
castillo, la torre del Andador y la torre de la Muela