El
Palacio Episcopal, al que se puede acceder a través del
claustro de la
catedral, que lleva a la planta noble del Palacio, es decir, la destinada a la residencia del prelado, y en que actualmente se ubica el
Museo Diocesano, y se utiliza como Palacio de
Reuniones y Congresos, así como alberga la Fundación
Santa María de
Albarracín (organización sin ánimo de lucro, creada en 1996, cuyo objetivo es hacer de Albarracín un emblema cultural, apoyándose para ello en la recuperación y activación cultural de su patrimonio).7 Su construcción se data en el siglo XVI, pese a que sufrió reiteradas reformas y ampliaciones a los largo del siglo XVIII, lo que cambió mucho su aspecto, sobre todo externamente, destacando la
fachada actual de estilo barroco