Al hacer una visita a Albarracín y justo en este lugar solo por ver la espectacularidad de la vista de esta arquitectura agreste, nos llamaría el deseo de repetir la visita de haber pasado por este pueblo del Bajo Aragón Por la zona hemos estado un par de veces y seguro que serán más; las dos veces nos alojamos en Mesón el Gallo. Perfecto y sencillo; sin pretensiones pero cómodo. Albarracín y alrededores son únicos.