EL CASINO DE ALBARRACÍN
Un mirador hacia el cielo
en la tierra aragonesa,
un paisaje con gran vuelo
donde la historia regresa.
Casino de Albarracín
lleno de bellas miradas,
en su belleza no hay fin
al ver las tardes gozadas.
La mente vive volando
sobre aquel lugar dichoso,
hay sueños que vas notando
al ver el aire celoso.
Albarracín es semblante
de un pasado de leyendas,
visitarla es un sedante
al pisar sobre sus sendas.
Mirar su sierra te marca
al ver sus arcos de piedra,
en el Medievo te embarca
sus miradores con hiedra.
Corre el viento en sus laderas
llenas de ciertas nostalgias,
los fríos dejan esperas
que nadie les llama magias.
El mirador del Casino
tiene sus huellas profundas,
es un lugar tan divino
que escuchas frases rotundas.
Volveré sobre mis pasos
a visitarle algún día,
no es un lugar de fracasos
pero regala armonía.
G X Cantalapiedra.
Un mirador hacia el cielo
en la tierra aragonesa,
un paisaje con gran vuelo
donde la historia regresa.
Casino de Albarracín
lleno de bellas miradas,
en su belleza no hay fin
al ver las tardes gozadas.
La mente vive volando
sobre aquel lugar dichoso,
hay sueños que vas notando
al ver el aire celoso.
Albarracín es semblante
de un pasado de leyendas,
visitarla es un sedante
al pisar sobre sus sendas.
Mirar su sierra te marca
al ver sus arcos de piedra,
en el Medievo te embarca
sus miradores con hiedra.
Corre el viento en sus laderas
llenas de ciertas nostalgias,
los fríos dejan esperas
que nadie les llama magias.
El mirador del Casino
tiene sus huellas profundas,
es un lugar tan divino
que escuchas frases rotundas.
Volveré sobre mis pasos
a visitarle algún día,
no es un lugar de fracasos
pero regala armonía.
G X Cantalapiedra.