El poder de la propia ciudad frente a la Orden de Calatrava está simbolizado por su hermosa
Casa Consistorial (1565-1570), construida en su
plaza principal, formando ángulo con la Lonja
gótica. Ambas construcciones fueron declaradas
monumento histórico en 1931 (Gazeta de
Madrid, número 155 de 04/06/1931). Este
edificio, magnífico ejemplo clasicista, evoca al gran círculo de humanistas alcañizanos de su particular Siglo de Oro: Juan Sobrarias, Juan Lorenzo Palmireno, Bernardino Gómez Miedes, Domingo Andrés, Pedro Ruiz de Moros y Andrés Vives y Altafulla, por citar los más destacados (a los que se dedica un artículo en esta obra). El siglo XVI deja también su huella en el propio
castillo —con el sepulcro de alabastro del comendador don Juan de Lanuza, realizado por Damián Forment en 1537— y en las tablas conservadas en su templo parroquial atribuidas al “Maestro de
Alcañiz”. Son también magníficos ejemplos del mundo
artístico alcañizano del siglo XVI la
iglesia de
Santo Domingo —en la que se funden la
tradición gótica con el nuevo lenguaje renacentista— y un buen número de
edificios palaciego