6-ALCAÑIZ (AL-QANNIS)-TERUEL
Edad Contemporánea.
Tras la invasión francesa de 1808, el 26 de enero del 1809 se produce “el Sitio de Alcañiz” donde las tropas españolas que se retiraban del Cordón de Samper defendían la ciudad frente a las tropas francesas del general Wathier que con una dotación de 2000 soldados, 500 caballos, 3 cañones y una pieza de artillería cercan la ciudad de Alcañiz.
Los defensores de la ciudad estaban formados por 1500 hombres, la mayoría sin instrucción y mal armada.
Se inicia la lucha con la salida de 700 paisanos entre hombres y mujeres de los cuales murieron 140 en la primera acometida. Los soldados franceses pudieron abrir una brecha en el casco urbano por la zona del matadero y hubo durante tres horas un fuego intenso por parte de ambos bandos, siendo los principales escenarios la calle Mayor, la Plaza del Carmen donde se distinguieron los héroes Miguel Rufi y Tomás Barreda quienes lucharon cuerpo a cuerpo control el invasor.
Cuando arribaron los franceses a la plaza de España desde la cuesta de la Calle Mayor se disgregaron por resto de las calles de Blasco, Alejandre y del Carmen.
Hubo una mortandad por parte de ambos bandos contando a 100 vecinos muertos yacentes en las calles y el coste por el bando francés fue de 400 soldados muertos.
Finalmente los invasores provocaron todo tipo de tropelías, saqueos, destrucción e incendios de viviendas y monumentos, asesinatos y violaciones por doquier. Los tesoros de la Iglesia parroquial fueron arrebatados y fundidos transformados en lingotes para trasladarlos a Francia que no se recuperaron jamás, además de la destrucción de las reliquias de San Vicente Ferrer con los Archivos municipales.
Los franceses permanecieron en Alcañiz ocupando el Castillo Calatravo hasta que se retiraron posteriormente a Hijar, la Puebla de Hijar y Samper de Calanda el día 21 de mayo ante la ofensiva del general Blake, un valiente oficial irlandés al servicio de España obteniendo posteriormente la victoria de la Batalla de Alcañiz el 23 de mayo de 1809.
Los hechos sucedieron así: el general Suchet se acercó a Alcañiz con una dotación de 10.000 infantes, 800 caballos y 12 piezas de artillería para evitar la ofensiva española que se preparaba para liberar Zaragoza.
Las tropas españolas estaban formadas por general Blake con tropas valencianas y murcianas repartidas entre los cerros de Capuchinos, Perdiguer y las Horcas. En la vanguardia se encontraba el general Juan Carlos de Aréizaga asentado en el Cerro de Pueyos con los infantes de Aragón.
La lucha la inicio Suchet atacando a Pueyos pero fue rechazado. Nuevamente ataca a él Cabeza de Perdiguer y también a Pueyos con parte de su infantería y dos compañías polacas.
El general Blake lanzó su caballería por rodear a los atacantes pero finalmente se retira por intervención de la fusilería y caballería francesa. Finalmente una columna francesa de 2000 infantes atacan al Cerro de las Horcas pero es rechazada por la artillería española al mando del Brigadier Martín García-Loygorri e Ichaso que los puso en desbandada provocando más de 1000 muertos y 40 prisioneros mientras que los españoles tuvieron 300 bajas entre muertos y heridos.
Posteriormente de las derrotas de Blake en María de Huerva y Belchite ocasionó una nueva ocupación francesa de Alcañiz que duraría hasta el 11 de julio de 1813 cuando las tropas italianas al servicio de Napoleón abandonó al Castillo de Calatravo, destruyendo sus defensas e incorporándose en Caspe a la división de Musmerno en retirada hacia Francia.
La permanencia de las tropas de Suchet en el reino de Aragón, incluidas Valencia y Cataluña supuso unos daños por la destrucción y saqueo de las invasores como el Sepulcro de Lanuza en la Iglesia de estilo románico del Castillo Calatravo, la desaparición de las reliquias de todos los conventos e iglesias de la ciudad salvo algunas excepciones escondidas por religiosos y vecinos, voladura del Convento de los Carmelitas en el barrio de Almudines, desaparición de las Iglesias de San Pedro y San Juan, del Calvario y la Ermita de la Encarnación.
De una población de 7000 habitantes a principios del siglo XIX se pasó a 1700 vecinos en 1813. Por su resistencia al invasor francés le fue concedida a la ciudad el título de “Muy leal”.
La huella de la guerra tardaría décadas en borrarse y durante las Guerras Carlistas se repitió el Sitio del general Ramón Cabrera en 1838 a manos de los carlistas.
El citado general apostó sus baterías en la Cabeza del Cuervo y trató de abrir una brecha para entrar en la ciudad y de nuevo lo intentaron por el Claustro de San Francisco pero fueron rechazados por las tropas del gobierno isabelino.
Uno de los principales cabecillas carlista fue general Manuel Carnicer, natural de Alcañiz y que fue capturado y ejecutado por el gobierno isabelino pasando el mando a su segundo, el general Ramón Cabrera.
La ciudad soporto tres sitios durante las Guerras Carlistas en 1838, en 1847 y 1874 y tras la paz el rey Alfonso XII, les concedió el título de “Heroica”.
A finales del siglo XIX aparece una pequeña burguesía en la ciudad que desarrolla una actividad económica y como legado está la construcción del Teatro municipal, fechado en 1872.
En 1895 tuvo lugar la instalación de la línea de ferrocarril de Val de Zofàn con 32 km de recorrido entre la Puebla de Hijar y Alcañiz y que en 1942 se extendería hasta Tortosa en la provincia de Tarragona.
En la actualidad es una vía verde de un recorrido de 110 km que pasando por el Bajo Aragón-Matarraña- Tierras del Ebro.
Durante el primer tercio del siglo XIX se fue incrementando el progreso industrial de Alcañiz con fábricas de aceite, de chocolates, comercios textiles, maquinaria industrial y otras industrias.
En este primer tercio del siglo la Iglesia católica funda en Barcelona y Zaragoza Cajas de Ahorro y centros educativos para enseñar oficios a personas sin recursos.
Los residentes en zonas cercanas a Alcañiz y comarcas próximas a Tarragona y Castellón dieron apoyo a las ideas regeneracionistas del político aragonés Joaquín Costa, partidario de la educación laica del Instituto de Libre Enseñanza dirigida por Francisco Giner de los Ríos, del Colectivismo agrario cercano al ideal anarquista que tanto se desarrolló en esta región en la Guerra Civil española (1936-1939).
En 1936 durante el periodo de la contienda, se creó una de las colectividades españolas más importantes de la CNT donde se colectivizaron las tierras, recuperación de hospitales y la fundación de escuelas.
Durante el 1938 en fecha 3 de marzo en plena guerra civil Alcañiz fue objeto de un bombardeo del bando nacional y aviones de italianos ensayaron sus armas que más tarde usarían en la 2ª Guerra Mundial y este ataque provocó cientos de muertos en la población civil que no pudo protegerse de este ataque.
A los 11 días del ataque la ciudad se rindió y la legión italiana entro en la ciudad desfilando victoriosamente.
El 14 de marzo de 1938 durante la batalla del Ebro, el ejército italiano junto a fuerzas españolas tomo la ciudad incorporándola a la causa nacional.
Edad Contemporánea.
Tras la invasión francesa de 1808, el 26 de enero del 1809 se produce “el Sitio de Alcañiz” donde las tropas españolas que se retiraban del Cordón de Samper defendían la ciudad frente a las tropas francesas del general Wathier que con una dotación de 2000 soldados, 500 caballos, 3 cañones y una pieza de artillería cercan la ciudad de Alcañiz.
Los defensores de la ciudad estaban formados por 1500 hombres, la mayoría sin instrucción y mal armada.
Se inicia la lucha con la salida de 700 paisanos entre hombres y mujeres de los cuales murieron 140 en la primera acometida. Los soldados franceses pudieron abrir una brecha en el casco urbano por la zona del matadero y hubo durante tres horas un fuego intenso por parte de ambos bandos, siendo los principales escenarios la calle Mayor, la Plaza del Carmen donde se distinguieron los héroes Miguel Rufi y Tomás Barreda quienes lucharon cuerpo a cuerpo control el invasor.
Cuando arribaron los franceses a la plaza de España desde la cuesta de la Calle Mayor se disgregaron por resto de las calles de Blasco, Alejandre y del Carmen.
Hubo una mortandad por parte de ambos bandos contando a 100 vecinos muertos yacentes en las calles y el coste por el bando francés fue de 400 soldados muertos.
Finalmente los invasores provocaron todo tipo de tropelías, saqueos, destrucción e incendios de viviendas y monumentos, asesinatos y violaciones por doquier. Los tesoros de la Iglesia parroquial fueron arrebatados y fundidos transformados en lingotes para trasladarlos a Francia que no se recuperaron jamás, además de la destrucción de las reliquias de San Vicente Ferrer con los Archivos municipales.
Los franceses permanecieron en Alcañiz ocupando el Castillo Calatravo hasta que se retiraron posteriormente a Hijar, la Puebla de Hijar y Samper de Calanda el día 21 de mayo ante la ofensiva del general Blake, un valiente oficial irlandés al servicio de España obteniendo posteriormente la victoria de la Batalla de Alcañiz el 23 de mayo de 1809.
Los hechos sucedieron así: el general Suchet se acercó a Alcañiz con una dotación de 10.000 infantes, 800 caballos y 12 piezas de artillería para evitar la ofensiva española que se preparaba para liberar Zaragoza.
Las tropas españolas estaban formadas por general Blake con tropas valencianas y murcianas repartidas entre los cerros de Capuchinos, Perdiguer y las Horcas. En la vanguardia se encontraba el general Juan Carlos de Aréizaga asentado en el Cerro de Pueyos con los infantes de Aragón.
La lucha la inicio Suchet atacando a Pueyos pero fue rechazado. Nuevamente ataca a él Cabeza de Perdiguer y también a Pueyos con parte de su infantería y dos compañías polacas.
El general Blake lanzó su caballería por rodear a los atacantes pero finalmente se retira por intervención de la fusilería y caballería francesa. Finalmente una columna francesa de 2000 infantes atacan al Cerro de las Horcas pero es rechazada por la artillería española al mando del Brigadier Martín García-Loygorri e Ichaso que los puso en desbandada provocando más de 1000 muertos y 40 prisioneros mientras que los españoles tuvieron 300 bajas entre muertos y heridos.
Posteriormente de las derrotas de Blake en María de Huerva y Belchite ocasionó una nueva ocupación francesa de Alcañiz que duraría hasta el 11 de julio de 1813 cuando las tropas italianas al servicio de Napoleón abandonó al Castillo de Calatravo, destruyendo sus defensas e incorporándose en Caspe a la división de Musmerno en retirada hacia Francia.
La permanencia de las tropas de Suchet en el reino de Aragón, incluidas Valencia y Cataluña supuso unos daños por la destrucción y saqueo de las invasores como el Sepulcro de Lanuza en la Iglesia de estilo románico del Castillo Calatravo, la desaparición de las reliquias de todos los conventos e iglesias de la ciudad salvo algunas excepciones escondidas por religiosos y vecinos, voladura del Convento de los Carmelitas en el barrio de Almudines, desaparición de las Iglesias de San Pedro y San Juan, del Calvario y la Ermita de la Encarnación.
De una población de 7000 habitantes a principios del siglo XIX se pasó a 1700 vecinos en 1813. Por su resistencia al invasor francés le fue concedida a la ciudad el título de “Muy leal”.
La huella de la guerra tardaría décadas en borrarse y durante las Guerras Carlistas se repitió el Sitio del general Ramón Cabrera en 1838 a manos de los carlistas.
El citado general apostó sus baterías en la Cabeza del Cuervo y trató de abrir una brecha para entrar en la ciudad y de nuevo lo intentaron por el Claustro de San Francisco pero fueron rechazados por las tropas del gobierno isabelino.
Uno de los principales cabecillas carlista fue general Manuel Carnicer, natural de Alcañiz y que fue capturado y ejecutado por el gobierno isabelino pasando el mando a su segundo, el general Ramón Cabrera.
La ciudad soporto tres sitios durante las Guerras Carlistas en 1838, en 1847 y 1874 y tras la paz el rey Alfonso XII, les concedió el título de “Heroica”.
A finales del siglo XIX aparece una pequeña burguesía en la ciudad que desarrolla una actividad económica y como legado está la construcción del Teatro municipal, fechado en 1872.
En 1895 tuvo lugar la instalación de la línea de ferrocarril de Val de Zofàn con 32 km de recorrido entre la Puebla de Hijar y Alcañiz y que en 1942 se extendería hasta Tortosa en la provincia de Tarragona.
En la actualidad es una vía verde de un recorrido de 110 km que pasando por el Bajo Aragón-Matarraña- Tierras del Ebro.
Durante el primer tercio del siglo XIX se fue incrementando el progreso industrial de Alcañiz con fábricas de aceite, de chocolates, comercios textiles, maquinaria industrial y otras industrias.
En este primer tercio del siglo la Iglesia católica funda en Barcelona y Zaragoza Cajas de Ahorro y centros educativos para enseñar oficios a personas sin recursos.
Los residentes en zonas cercanas a Alcañiz y comarcas próximas a Tarragona y Castellón dieron apoyo a las ideas regeneracionistas del político aragonés Joaquín Costa, partidario de la educación laica del Instituto de Libre Enseñanza dirigida por Francisco Giner de los Ríos, del Colectivismo agrario cercano al ideal anarquista que tanto se desarrolló en esta región en la Guerra Civil española (1936-1939).
En 1936 durante el periodo de la contienda, se creó una de las colectividades españolas más importantes de la CNT donde se colectivizaron las tierras, recuperación de hospitales y la fundación de escuelas.
Durante el 1938 en fecha 3 de marzo en plena guerra civil Alcañiz fue objeto de un bombardeo del bando nacional y aviones de italianos ensayaron sus armas que más tarde usarían en la 2ª Guerra Mundial y este ataque provocó cientos de muertos en la población civil que no pudo protegerse de este ataque.
A los 11 días del ataque la ciudad se rindió y la legión italiana entro en la ciudad desfilando victoriosamente.
El 14 de marzo de 1938 durante la batalla del Ebro, el ejército italiano junto a fuerzas españolas tomo la ciudad incorporándola a la causa nacional.