ALDEHUELA (2): Un recuerdo de mi infancia. Ibamos a veranear a La...

Un recuerdo de mi infancia. Ibamos a veranear a La Aldehuela, junto a Teruel capital. Alquilábamos una casita mas bien hacia las afueras del pueblo y tenía, casi enfrente, un gran árbol con una rama de la que colgábamos el columpio.
Recuerdo el verdín, unas ruinas a donde íbamos a deslizarnos (el esbarizaculos) sentados sobre un trozo de arpillera o un trozo de cartón.
Recuerdo, con pena, que una tarde mi hermana mayor volvió a casa tarde, a la hora de la cena, y mi madre la castigó y la mandó a dormir sin cenar. Recuerdo que yo, disimuladamente, cogí un trozo de pan y se lo subí. De alguna manera, no me gustó que mi madre castigara así a mi hermana.
No obstante, admiré, y mucho, a mi madre un día que un hombre joven y fornido, tostado por el sol, tocó a nuestra puerta pidiendo un poco de alcohol para curar una herida que llevaba, no sé si en el hombro o en el pecho. Su camisa estaba manchada de sangre.
Yo ya sabía de los maquis. Él era uno. Mi madre subió a los dormitorios de la casa y bajó con un frasquito de alcohol y algodón. Mientras tanto, yo permanecí a la puerta de la casa, frente al maquí, mirándolo fijamente; el no me miró. Agradeció a mi madre y se marchó. Mi madre, inmediatamente, cerró la puerta, pienso que consciente de que si se hubiera sabido de la ayuda prestada a un maqui, mi madre hubiera sido fusilada.
En nuestra familia nunca se tomo partido por nada ni por nadie.
Me enseñaron que ‘haz el bien y no mires a quién’
Y siempre recordaré a mi madre, con admiración, por aquel gesto humanitario.