INFORMACIóN DE INTERéS GENERAL
CRóNICA DE LAS 30 HORAS DE FúTBOL SALA EN ANDORRA
La asociación cultural Interpeñas tiene como finalidad promover el deporte y la cultura andorrana, aunque esta vez no ha sido así, más bien su actuación se debería de calificarse de “trama deportiva”.
Los motivos, vecinos y vecinas de Andorra son muy claros: cada equipo debía de pagar 120 euros de inscripción si corrían la suerte de ser todos socios. La fianza se devolvía si se arbitraban partidos, ¡qué suerte!, eso contando con que hubiera sido más justo e imparcial si se hubieran puesto árbitros como otras veces ya que de esta manera pueden ganar los “amigos” del que arbitra.
Para que comparen aquí se cobra el doble que cuando nuestros deportistas van a otro pueblo a jugar, por no hablar de las entradas 5 euros un día y 8 o 10 dos, ¡menudo sablazo!, casi como si fueras a un partido de división de honor.
De esta manera, ¿cómo no va a bajar el número de equipos inscritos y público?. Como sigan así esto se va a convertir en “crónica de una muerte anunciada”.
Los trofeos y regalos, casi todos donados por los comercios, tampoco suelen ser proporcionados, ¿por qué a un equipo le tocan 4 trofeos y diversos regalos y otros casi se van “con lo puesto”?. Aunque el reparto se haga a dedo tanto para los equipos y público esto parece muy “sospechoso”.
Por si fuera poco a la salida de un partido los niños tienen que ver como un integrante de la asociación increpa a un aficionado porque su equipo ha perdido, sentí vergüenza como andorrano.
Esta crónica suscita un interés general para toda la población andorrana y es una llamada de atención para que se presuma menos de ayudar al deporte y no se pongan tantas trabas para su práctica ya que este no es su verdadero sentido.
Es necesario, por último apelar a la educación y al respeto que algunos no poseen y dejan en sus casas cuando van al polideportivo a ver fútbol sala.
Un aficionado andorrano.
CRóNICA DE LAS 30 HORAS DE FúTBOL SALA EN ANDORRA
La asociación cultural Interpeñas tiene como finalidad promover el deporte y la cultura andorrana, aunque esta vez no ha sido así, más bien su actuación se debería de calificarse de “trama deportiva”.
Los motivos, vecinos y vecinas de Andorra son muy claros: cada equipo debía de pagar 120 euros de inscripción si corrían la suerte de ser todos socios. La fianza se devolvía si se arbitraban partidos, ¡qué suerte!, eso contando con que hubiera sido más justo e imparcial si se hubieran puesto árbitros como otras veces ya que de esta manera pueden ganar los “amigos” del que arbitra.
Para que comparen aquí se cobra el doble que cuando nuestros deportistas van a otro pueblo a jugar, por no hablar de las entradas 5 euros un día y 8 o 10 dos, ¡menudo sablazo!, casi como si fueras a un partido de división de honor.
De esta manera, ¿cómo no va a bajar el número de equipos inscritos y público?. Como sigan así esto se va a convertir en “crónica de una muerte anunciada”.
Los trofeos y regalos, casi todos donados por los comercios, tampoco suelen ser proporcionados, ¿por qué a un equipo le tocan 4 trofeos y diversos regalos y otros casi se van “con lo puesto”?. Aunque el reparto se haga a dedo tanto para los equipos y público esto parece muy “sospechoso”.
Por si fuera poco a la salida de un partido los niños tienen que ver como un integrante de la asociación increpa a un aficionado porque su equipo ha perdido, sentí vergüenza como andorrano.
Esta crónica suscita un interés general para toda la población andorrana y es una llamada de atención para que se presuma menos de ayudar al deporte y no se pongan tantas trabas para su práctica ya que este no es su verdadero sentido.
Es necesario, por último apelar a la educación y al respeto que algunos no poseen y dejan en sus casas cuando van al polideportivo a ver fútbol sala.
Un aficionado andorrano.