Bronchales es una localidad con una larga
historia. Así lo demuestra el hecho de que en su término hayan aparecido restos de una
fábrica de
cerámica de finales del siglo II a. C., vasos, moldes y pesas de telar, piezas todas éstas que se conservan en el
Museo Arqueológico Provincial.
El orígen de su poblamiento se puede remontar hasta el Eneolítico, como lo demuestra el hallazgo de útiles de sílex y hachas pulimentadas de esta época en Las Tejedas y
Fuente del Hierro. De la Edad del Bronce se conocen yacimientos como la Corraliza del Medio, Paridera del Endrinal, La Atalaya de la Canaleja, El Toril y Peñas de
Santa Bárbara, yacimiento que se prolonga durante la época ibérica, lo mismo que el Vallejo de la Cañada del Sordo. De época ibérica conocemos El Castillejo de la Fuente del Endrinal, y de época
romana,
La Era del Castillejo de la Fuente del Endrinal y El Endrinal, importante alfar de tierra sigillata hispánica que extiende su producción desde el último cuarto del siglo I d. C. hasta el siglo II d. C. (Atrián, P. et alii; Atrián, P.)
Se puede pensar que durante la civilización árable Bronchales perteneció al Reino de Taifas de Beni-Razin, pero una de las monedas encontrada en el "
castillo de Santa Barbara" (hoy
cementerio) nos habla del Reino de
Zaragoza. Es un Dirhem de plata baja del Rey de Taifa de Zaragoza, llamdo Almed Almaktadir Ben Cueliman del año 1057 d. C. En base a ella se puede decir que Bronchales pertenecía al Reino de Zaragoza o Taifa de Saragusta.
De la época de la Reconquista española, siglo XI d. C, es la mención de Bronchales en “El Cantar de mio Cid” en cuyo verso 1.475 podemos leer lo siguiente: “Troçieron a Santa María e vinieron albargar a Fronchales, e el otro día vinieron a Molina a posar”.
Todos aquellos reinos tuvieron que aceptar el vasallaje al poder
militar de los cristianos. Mas aún cuando el intrépido navarro Pedro Ruiz de Azagra en el 1171 cristianiza
Albarracín y su
Sierra. El párroco de Bronchales, entonces conocido como Roncales, aparece como uno de los siete párrocos de la Diócesis de Albarracín (erejida en 1172 sobre el territorio del Señorío que lleva el mismo nombre e independiente de Castilla y
Aragón) en la Jura de su primer Obispo D. Martín al Arzobispo de
Toledo a finales del siglo XII.
Su es
románica, colocada probablemente junto al castillo y dedicada a Santa Barbara, pasa en los siglos XIV y XV por el
gótico según descripción del
retablo. En los años 1624 y 1689 se termina la actual
parroquia teniendo como patrona a “Nuestra señora de la Asunción”. Se caracteriza por su planta de mampostería, con planta de
cruz latina de una nave, cubierta con
bóveda de crucería estrellada, al igual que la cabecera poligonal; los soportes son pilares fasciculados, con decoración geométrica en las roscas; las
capillas laterales del s. XVII, se cubren con
cúpulas decoradas con estucos de tipo geométrico; la
torre está adosada en la parte de los pies y tiene dos cuerpos; la entrada es a través de un atrio que da a una
portada neoclásica fechada en 1650; fue saqueada en la guerra civil (Guías de las diócesis de
Teruel y Albarracín, años 1959, 1960 y 1978).