BUEÑA

Habitantes: 110  Altitud: 1.213 m.  Gentilicio: Bueñenses 
Hoy amanece en BUEÑA a las 09:07 y anochece a las 18:39
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Situación:

Bueña es un pequeño pueblo de la provincia de Teruel, que pertenece a la Comarca de Calamocha. Se encuentra a una altitud de 1213m sobre el nivel del mar.

Para poder llegar hasta aqui hay que dirgirse por la carretera nacional N-234, a 4 km de Monreal del Campo, dirección Teruel, un desvío a la izquierda lleva por la carretera local A-1509, después de 9 km al lugar.

Por la Autovía Mudejar, salida de Perales de Alfambra (aparece señalizado Bueña a los lados de dicha salida).

Ayuntamiento:

El ayuntamiento es un edificio de dos plantas de mampostería, con Centro Social en la inferior, se conserva en buen estado, ya que ha sufrido varias restauraciones.

Monumentos:

Todo aquel que se acerca a Bueña, siempre se lleva algo nuevo, la imágen de nuestra ermita, el trabajo de reciclaje de aquel hombre que ha dedicado toda su jubilación a reciclar, crear y construir todo aquello que le venía a la imaginación, sin mas material que los deshechos de los demás y el árido paisaje montañoso que la envuelve.

También podemos realizar una visita a uno de los enclaves más interesantes de nuestra historia pasada, el yacimiento de Megaplanolites Ibericus, esos "gusanos" que tanto han dado que hablar en nuestra región, o simplemente se llevan la calidez de sus gentes, que porque no decirlo, siempre estan atentas a dirigir y ayudar en un ambiente cordial a aquellos que nos visiten.

Fiestas:

Bueña dispone de tres momentos festivos al año:

Fiestas de Agosto (último fin de semana del mes, son de Jueves a Domingo).

Semana Cultural (Semana anterior a las fiestas de Agosto).

Fiesta de San Vicente (22 Enero)

Historia:

Las primeras referencias históricas sobre Bueña nos remontan a la aparición de una sítula romana, urna de sacrificio, datada en el S. III después de Cristo. Eran dos o tres, pero sólo se sabe el paradero de una de ellas. Según los libros fueron encontradas en 1918 por Celidonio Larred, en un campo de labor de la partida de los Colmenares, pero esta fecha podría ser incorrecta, debido a que la abuela de Beatriz Martín, sobrina del labrador y pocos años después nuera del mismo, siempre comentó que cuando era pequeña le fueron entregados, por su tío, dos o tres calderos para que pudieran jugar ella y su prima, cuando las dos pequeñas los limpiaron y aparecieron aquellas figuras, Celidonio cogió las sítulas y se las llevó.

Este suceso data mucho más tarde del 1918, ya que su abuela nació en el 1922 y cuando ocurrió debía de tener unos siete años. Por lo que o la fecha es errónea, siendo 1928, o después de hallarlos, su bisabuelo, Celidonio, los guardó unos diez años hasta que las niñas descubrieron su valor y más tarde, hacia el 1933, se las vendiese a un cura, Maximiliano García, por un despertador y veinte duros. La única sítula que se conserva actualmente está en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, tiene forma troncocónica y con un asa diametral de suspensión, su superficie está decorada con grabados realizadoscon un cincel.

Presenta una escena de caza rodeada por dos motivos ornamentales geométricos y vegetales. Más tarde, en tiempos del rey Jaime I se construyó un castillo que formaba parte de las defensas de la Comunidad de Daroca.

En el año 1369, el castillo se encontraba en situación de defensa al producirse la ruptura entre el rey Pedro IV y su antiguo aliado castellano Enrique II, tal y como cita Jerónimo Zurita: "... y se bastecieron los lugares que estaban en defensa que eran: Arcos, Albentosa, Rubielos, Mosqueruela, el castillo de Cedrillas, Perales , Camarillas, Bueyna y Celha".

El hecho más destacado de la historia del castillo de Bueña, fue la defensa que del mismo realizó su alcayde Martín Martínez de Gombalde, junto con su hermano Andrés, en el año 1363, cuando el rey Pedro IV vio invadidas sus fortalezas por las tropas castellanas de Pedro II, las cuales, tras una rápida progresión por las tierras de la Comunidad de Daroca, llegaron a sitiar la fortaleza de Bueña.

Ante la resistencia que su alcayde ejercía, los castellanos le amenazaron con matar a dos de sus hijos si no entregaba la fortaleza, entrega que rehusó y contemplaría como sus hijos eran asesinados, elogiosa defensa que sería reconocida por el rey de armas Fernando II, Gracia Dei, en su Nobiliario.

Situado sobre la ladera meridional de un monte, en la sierra Palomera, se estructura

en cuatro núcleos:

- El barrio del castillo

- El barrio de la ladera

- El barrio de la fuente

- El barrio del calvario

Las primeras referencias históricas sobre Bueña nos remontan a la aparición de una sítula romana, urna de sacrificio, datada en el S. III después de Cristo. Eran dos o tres, pero sólo se sabe el paradero de una de ellas. Según los libros fueron encontradas en 1918 por Celidonio Larred, en un campo de labor de la partida de los Colmenares, pero esta fecha podría ser incorrecta, debido a que la abuela de Beatriz Martín, sobrina del labrador y pocos años después nuera del mismo, siempre comentó que cuando era pequeña le fueron entregados, por su tío, dos o tres calderos para que pudieran jugar ella y su prima, cuando las dos pequeñas los limpiaron y aparecieron aquellas figuras, Celidonio cogió las sítulas y se las llevó.

Este suceso data mucho más tarde del 1918, ya que su abuela nació en el 1922 y cuando ocurrió debía de tener unos siete años. Por lo que o la fecha es errónea, siendo 1928, o después de hallarlos, su bisabuelo, Celidonio, los guardó unos diez años hasta que las niñas descubrieron su valor y más tarde, hacia el 1933, se las vendiese a un cura, Maximiliano García, por un despertador y veinte duros. La única sítula que se conserva actualmente está en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, tiene forma troncocónica y con un asa diametral de suspensión, su superficie está decorada con grabados realizadoscon un cincel.

Presenta una escena de caza rodeada por dos motivos ornamentales geométricos y vegetales. Más tarde, en tiempos del rey Jaime I se construyó un castillo que formaba parte de las defensas de la Comunidad de Daroca.

En el año 1369, el castillo se encontraba en situación de defensa al producirse la ruptura entre el rey Pedro IV y su antiguo aliado castellano Enrique II, tal y como cita Jerónimo Zurita: "... y se bastecieron los lugares que estaban en defensa que eran: Arcos, Albentosa, Rubielos, Mosqueruela, el castillo de Cedrillas, Perales , Camarillas, Bueyna y Celha".

El hecho más destacado de la historia del castillo de Bueña, fue la defensa que del mismo realizó su alcayde Martín Martínez de Gombalde, junto con su hermano Andrés, en el año 1363, cuando el rey Pedro IV vio invadidas sus fortalezas por las tropas castellanas de Pedro II, las cuales, tras una rápida progresión por las tierras de la Comunidad de Daroca, llegaron a sitiar la fortaleza de Bueña.

Ante la resistencia que su alcayde ejercía, los castellanos le amenazaron con matar a dos de sus hijos si no entregaba la fortaleza, entrega que rehusó y contemplaría como sus hijos eran asesinados, elogiosa defensa que sería reconocida por el rey de armas Fernando II, Gracia Dei, en su Nobiliario.

De su primitiva estructura, lamentablemente, solo se mantiene un torreón cuadrado, utilizado hoy como palomar, y restos del lienzo que descendía por la ladera más suave.

Desde el punto de vista político-administrativo, Bueña era aldea de la Comunidad de Daroca, dentro de la sesma de Visiedo, por lo que la propiedad de la tierra siempre fue de realengo. Sobrecullida de Montalban (S. XV), Vereda de Montalban (S. XVII) y corregimiento de Teruel (1711-1833).

Fue aldea hasta 1711, y lugar en 1785, contando con ayuntamiento propio quizá desde 1834. Perteneció al partido judicial de Albarracin, para incorporarse en 1965 al partido judicial en Teruel.

La iglesia parroquial de la Asunción (S. XVII) es una obra de mampostería, con tres naves desiguales entre si, cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos en la central y con bóveda de arista en las laterales.

Posee cabecera tripartita al interior y plana al exterior.

Tiene torre de tres cuerpos de mampostería y cuadrado los dos inferiores,

y de ladrillo y octogonal el superior, rematado con capitel.

Turismo:

En la localidad turolense de Bueña, la erosión producida por las lluvias, ha dejado al descubierto la pared de icnitas, situada en un barranco de más de 200 metros cuadrados.

El yacimiento está considerado Punto de Interés Geológico Internacional. Se trata del único de estas características que existe en el mundo.

Los paleontólogos han descubierto huellas como éstas. Se trata de un crustáceo gigante que existió en la zona hace unos 90 millones de años.

Estas otras que pertenecen al período Jurásico, fueron producidas por un gusano gigante que se desplazaba por el fondo del mar, en busca de comida y cobijo.

En el Jurásico, esta zona estaba anegada por un gran mar cálido de poca profundidad que con el paso del tiempo desapareció a causa de la sedimentación.

Paleontólogos de todo el mundo se han interesado por este descubrimiento del yacimiento de Bueña, el cual es considerado Punto de Interés Geológico Internacional.