7-CALANDA (KOLENDA). TERUEL
Es un Iqlim perteneciente a la Cora de Saraqusta (Zaragoza) que está ubicada en la Comarca del Bajo Aragón, regada por los ríos en Guadalope y
Guadalopillo y se encuentra a una distancia de 116 km de Zaragoza Capital.
La Historia de Calanda se divide en diferentes etapas:
Edad Antigua.
Su nombre se deriva del poblado celtibero donde se asentó el núcleo poblacional con el nombre de “Kolenda”.
Desde los tiempos remotos habitaron este lugar los celtiberos, romanos, visigodos y los árabes.
Edad Media.
Su tradición actual de tocar los tambores se remonta a la época musulmana en referencia a las luchas contra éstos que utilizaban los cristianos, para avisar de sus ataques a la formación cristiana.
La reconquista de Calanda fue realizado en 1119 por el rey Alfonso I El Batallador de Aragón pero fue temporal pues con invasión almorávide, el Islam volvió recuperarla y sería bajo reinado de Alfonso II de Aragón en el periodo (1169-1170) cuando definitivamente se produjo la reconquista definitiva.
La fundación de Calanda actual tuvo lugar en 1360 con la concesión a la villa de su Carta Puebla quedando bajo Señorío de la Orden de Calatrava.
Edad Moderna.
Durante este periodo el rey Felipe III de Austria dicto el Decreto de 1609 de la expulsión de los moriscos y serian los últimos moriscos que abandonaron la villa en 1610.
También en esta época se produjo un hecho prodigioso que se conoce como “El Milagro de Calanda”.
Sucedió que el 29 de marzo de 1640 tuvo lugar en la villa de Calanda un hecho prodigioso en referencia a un milagro obrado por la Virgen del Pilar a quien le atribuyen este. Ocurría a las diez y once de la noche donde a una persona Miguel Pellicer recuperó por la intermediación de la Virgen del Pilar la pierna que le había sido amputada dos años y cinco meses antes.
El día 2 de abril, cinco días después del milagro D. Miguel Andreu, Notario de Mazaleón levanto Acta Notarial de tan inesperado hecho.
El 25 de abril llegan a Zaragoza Miguel y sus padres para dar gracias a la Virgen del Pilar.
El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde Duque de Olivares la información del hecho para que lo pusiera en conocimiento del rey Felipe IV.
La Archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como un milagro el día 27 de abril del 1641.
Edad Contemporánea.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías de los famosos guerrilleros Barber, Cantarero, Villacampa y Nebot quienes dirigían su partida de patriotas y fueron el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la región de Aragón.
A principios del siglo XIX, tiene su protagonismo el Sitio de Zaragoza
por los franceses donde se escenifica la Guerra de la Independencia, contra
la invasión francesa.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Calanda en la provincia de Zaragoza dentro del reino de Aragón.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
A lo largo del siglo XIX, se consolida como villa importante y tras el incremento demográfico, se produce una expansión en las actividades productivas, especialmente la segunda mitad del siglo XIX.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil Calanda es ocupada por el bando republicano.
Durante los años 1960 se desencadenó un éxodo y un despoblamiento de las zonas rurales hacia las zonas industriales como las capitales de provincia, a otras zonas de España y además a otros países europeos.
En 1964 se creó en Zaragoza uno de los llamados Polos de Desarrollo. En el año 1975 se vivió como en el resto del Estado un periodo de transición, tras la extinción del anterior régimen, con la instauración de un régimen democrático y la creación de un nuevo marco constitucional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
Es un Iqlim perteneciente a la Cora de Saraqusta (Zaragoza) que está ubicada en la Comarca del Bajo Aragón, regada por los ríos en Guadalope y
Guadalopillo y se encuentra a una distancia de 116 km de Zaragoza Capital.
La Historia de Calanda se divide en diferentes etapas:
Edad Antigua.
Su nombre se deriva del poblado celtibero donde se asentó el núcleo poblacional con el nombre de “Kolenda”.
Desde los tiempos remotos habitaron este lugar los celtiberos, romanos, visigodos y los árabes.
Edad Media.
Su tradición actual de tocar los tambores se remonta a la época musulmana en referencia a las luchas contra éstos que utilizaban los cristianos, para avisar de sus ataques a la formación cristiana.
La reconquista de Calanda fue realizado en 1119 por el rey Alfonso I El Batallador de Aragón pero fue temporal pues con invasión almorávide, el Islam volvió recuperarla y sería bajo reinado de Alfonso II de Aragón en el periodo (1169-1170) cuando definitivamente se produjo la reconquista definitiva.
La fundación de Calanda actual tuvo lugar en 1360 con la concesión a la villa de su Carta Puebla quedando bajo Señorío de la Orden de Calatrava.
Edad Moderna.
Durante este periodo el rey Felipe III de Austria dicto el Decreto de 1609 de la expulsión de los moriscos y serian los últimos moriscos que abandonaron la villa en 1610.
También en esta época se produjo un hecho prodigioso que se conoce como “El Milagro de Calanda”.
Sucedió que el 29 de marzo de 1640 tuvo lugar en la villa de Calanda un hecho prodigioso en referencia a un milagro obrado por la Virgen del Pilar a quien le atribuyen este. Ocurría a las diez y once de la noche donde a una persona Miguel Pellicer recuperó por la intermediación de la Virgen del Pilar la pierna que le había sido amputada dos años y cinco meses antes.
El día 2 de abril, cinco días después del milagro D. Miguel Andreu, Notario de Mazaleón levanto Acta Notarial de tan inesperado hecho.
El 25 de abril llegan a Zaragoza Miguel y sus padres para dar gracias a la Virgen del Pilar.
El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde Duque de Olivares la información del hecho para que lo pusiera en conocimiento del rey Felipe IV.
La Archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como un milagro el día 27 de abril del 1641.
Edad Contemporánea.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías de los famosos guerrilleros Barber, Cantarero, Villacampa y Nebot quienes dirigían su partida de patriotas y fueron el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la región de Aragón.
A principios del siglo XIX, tiene su protagonismo el Sitio de Zaragoza
por los franceses donde se escenifica la Guerra de la Independencia, contra
la invasión francesa.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Calanda en la provincia de Zaragoza dentro del reino de Aragón.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
A lo largo del siglo XIX, se consolida como villa importante y tras el incremento demográfico, se produce una expansión en las actividades productivas, especialmente la segunda mitad del siglo XIX.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil Calanda es ocupada por el bando republicano.
Durante los años 1960 se desencadenó un éxodo y un despoblamiento de las zonas rurales hacia las zonas industriales como las capitales de provincia, a otras zonas de España y además a otros países europeos.
En 1964 se creó en Zaragoza uno de los llamados Polos de Desarrollo. En el año 1975 se vivió como en el resto del Estado un periodo de transición, tras la extinción del anterior régimen, con la instauración de un régimen democrático y la creación de un nuevo marco constitucional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.