La
fuente es un
pozo artesiano probablemente obra de los templarios asentados en esta localidad, tras su reconquista a finales del siglo XII por las tropas del rey Alfonso II. En origen, probablente se trató de una excabacion realizada sobre un pequeño manantial preexintente con el fin de mantener su caudal durante alguna de las frecuentes sequias de la época.