En el año 1736 ya se había escrito acerca de los fósiles de
Concud (Barranco de las Calaveras), cuando Feijoo difundió que "En el termino de el Lugar de Concut, distante una legua de la Ciudad de
Teruel, Reino de
Aragón, hay un sitio de un cuarto de legua de longitud, y medio de latitud, de el que en cual quier parte que se cabe, se encuentran
piedras, que representan varios huesos de el cuerpo humano, y otras, que representan huesos de bestias". Entonces se creyó, erróneamente, que los huesos procedían
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