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IGLESIA DE LA ASUNCIÓN, es el
edificio que mejor define el perfil de
Cretas. Si bien, la
parroquia a la que pertenece esta bajo la advocación de
San Juan Bautista, hecho que a menudo provoca confusiones en su nomenclatura. Se levanta en el siglo XVI, tomando el relevo de un templo anterior construido probablemente en el siglo XIII. Para levantarla se rompió el trazado de la antigua
muralla y se ocupó el lugar de uno de los antiguos portales, siendo el maestro constructor Sebastián Deixado, que firma únicamente como “xado”. Sobre la
puerta se representan las figuras de San Pedro y San Pablo ambas enmarcadas en círculos. Sobre ellas un friso con bajorrelieves representando la pasión y la muerte de Jesús. En el primer
frontón sobre las cinco
hornacinas, hoy vacías, se representa a Dios como padre eterno y un poco más arriba en el frontón superior, un nuevo relieve representando la Coronación de la
Virgen por la Trinidad. Durante la guerra civil sufrió un considerable expolio perdiendo gran parte de su decoración interior recuperándolo lentamente en los años posteriores hasta 1983 cuando la iglesia de la asunción es declarada Bien de Interés Cultural.
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CALLE MAYOR, en el mismo corazón de Cretas. Entramos a ella pasando bajo el
arco que se abre en la llamada
casa Sapera, antigua casa familiar construida probablemente en el siglo XV.
Desde la casa Sapera hasta la
Plaza Mayor, el trazado de Cretas sigue una estructura que bien podría remontarse hasta un origen musulmán, con una calle central de la que se derivan otras más estrechas y originalmente sin salida.
- LA CASA TURULL, que recibe su nombre de esta ilustre y antigua
familia cuyos miembros formaron parte de la vida social de Cretas en los siglos XVII y XVIII. Su fama les llegó por ser constructores de
órganos para
iglesias, siendo responsables desde su taller en Cretas y a lo largo de varias generaciones, de los órganos de Vilafranca, Tarazona, Zurita, y una larga lista entre los que destaca especialmente el de la iglesia de Morella. Los Turull fueron directamente responsables de la construcción de ocho de los más relevantes
edificios de la población. Tampoco podemos pasar por alto, la aportación de Felicisimo Turull a la hora de levantar la
capilla de San Antonio de Padua, situada en esta misma calle en agradecimiento al
santo por no haber sufrido percances durante la construcción de los edificios mencionados.
- PLAZA MAYOR, el centro neurálgico de la vida social en Cretas, un auténtico crisol de la
historia del municipio y su punto de
reunión más destacado. Lo más característico de la plaza es su magnifica
columna central, originaria de 1584 y construida probablemente para un futuro edificio consistorial del que Cretas carecía en aquel momento por pertenecer administrativamente a Alcañiz. Dicha columna estuvo, hasta bien entrado el siglo XX, más allá de las
murallas de la población, cerca de la capilla de San Roque. Sobre ella, el antiguo
escudo de la población, con los signos que nos hablan de su larga historia. La
cruz de la orden de Calatrava, fundadores cristianos de Cretas y señores de la misma hasta el siglo XV. El cordero pascual, símbolo eclesiástico posiblemente asociado al periodo de señorío del obispado de Tortosa, así como de las barras aragonesas que nos recuerdan su título de Vila real. En cuanto al escudo moderno tiene la misma simbología, pero la colocación es distinta, y pasa de ser circular a cuadrado. El resto de la plaza esta formado por edificios nobles, de sillería, algunas existentes ya en el siglo XV y otras, como el actual
Ayuntamiento, bastante más recientes en su construcción.
- CAPILLA DE SAN ANTONIO DE PADUA. Una de las construcciones más características en los
pueblos del Matarraña, son los Portales-Capilla, de los cuales, éste dedicado a San Antonio de Padua, es posiblemente uno de los más representativos e interesantes. A mediados del siglo XVIII se le añade la función de Capilla.
- EL PORTAL DE SAN ROQUE, “La capelleta de Sant Roc, lo qui no acudirá, la peste li agarrará” Este estribillo es aun a día de hoy cantado por los niños de Cretas. Como en otros lugares de la comarca, el poder de este santo es invocado como protección contra epidemias y enfermedades, especialmente la peste, que Cretas sufrió a lo largo del siglo XVII y que motivó la construcción de esta capilla y el “
hospital” que ocupaba el mismo edificio. Se trataba en realidad de una especie de
albergue para necesitados donde acudían los enfermos y los pobres, así como los heridos en tiempo de guerra y que se mantendría en funcionamiento hasta bien entrado el siglo XIX.