Guarda en el lado del evangelio una imagen del Niño de la Bola del XVII, y dos lienzos dieciochescos que representan a la Inmaculada y a
San Francisco Javier.
En el crucero se concentran dos
retablos del rococó dedicados a San Antón y San Roque, además del barroco de
Santa Ana, que preside el presbiterio.