Las molestias que genera el ruido de los
bares situados al lado de mi domicilio, en horas intempestivas, y las “visitas” a los
lavaderos para realizar toda clase de “actividades” (orinar, defecar, vomitar, “fumar”, vociferar, hacer sonar el claxon de los
coches, romper la farola para no ser vistos, etc.) son crecientes con relación a tiempos pasados creando sensación de indefensión y de que el estado de derecho quiebra en esta materia.
Toda mi
familia está sometida durante toda la
noche de todos
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