La
iglesia parroquial de
Mirambel aparece mencionada ya en su carta puebla, en la que el rey Jaime II de
Aragón concede autorización para allegar recursos a su reparación en 1308. El 12 de septiembre de 1679 encontramos un acuerdo de sus vecinos para fabricar la nueva planta. En 1837, en el contexto de la Primera Guerra Carlista se prendió fuego a la iglesia, que quedó destruida con gran parte de su patrimonio. Tan sólo restaron las paredes y la
torre, reutilizadas en la reconstrucción que dirigió el valenciano Salvador Minero, en estilo barroco