Casa solariega que perteneció a la
familia de los López Monteagudo y albergó durante medio siglo el
convento de las franciscanas.
Se trata de un
edificio de dos pisos situado cerca del Portal de las Monjas. Es de sillería y con
alero de madera, de canes decorados y de gran vuelo. Hacia la
plaza se abre una
portada de medio punto de gran dovelaje, con
rejas en el piso bajo. Por otra parte, en la
fachada oriental (la de la
fotografía), destacan un
balcón y un campanil reciente.