La documentación fidedigna gira alrededor de la
historia de su imponente
castillo. Cuando documentamos el
pueblo con su castillo, estamos ya en la Baja Edad Media. El nombre de
Peracense ha ido evolucionado con el paso del tiempo. En los documentos
medievales se le llama indistintamente Piedrasolez, Piedraselz, Perasenz y Perasens. Son variaciones gramaticales sobre un mismo tema etimológico, pues califica y define el
paisaje que rodea y circunda a esta antigua localidad, agreste y rocoso como pocos.
El elemento más significativo de su casco urbano es la
iglesia parroquial dedicada a
San Pedro. Es una obra del año 1740 y de grandes magnitudes, destacando su
torre de cantería, con una altura cercana a los treinta metros. En su interior guarda dos interesantes
retablos del siglo XVI.
También dentro del casco urbano existe una
ermita, de nueva construcción, donde puede contemplarse la imagen de la
Virgen de la Villeta, del siglo XIII, procedente de la desaparecida ermita que se ubicaba bajo el castillo.
Ya fuera del pueblo, se halla la ermita dedicada a San Ginés, en el cerro del mismo nombre, junto a los restos de un
torreón de carácter defensivo, que probablemente data del siglo XIV. También en los alrededores, encontramos el peirón de San Jorge, en el
camino que conduce a
Villafranca del Campo.
Aunque, si algo caracteriza a Peracense y le da fama, es su magnífico Castillo de Peracense. Se trata de un conjunto fortificado, construido en un elevado risco de rodeno, al final de la
Sierra Menera, con un destacado papel durante las guerras con Castilla, en la Edad Media. Al pie de la fortaleza se han hallado los restos del asentamiento primitivo, consistente en 14 viviendas y la antigua ermita de la Virgen de la Villeta.
En los alrededores del castillo, también podemos visitar lugares de interés, como la peña La Gota, de la que mana la
fuente del mismo nombre; o el
pozo Lagipe, y la característica formación llamada el
Dragón. Así como disfrutar de los relieves del rodeno, con las peñas del Tormo, el
Granero de Mototo, Los Castillejos, La Aguzadera,...
En las proximidades, de camino a
Alba del Campo, se halla la encina milenaria, conocida como "la carrasca de los Tocones", de 11 metros de altura y unos 500 años de edad.