Caminamos por
calles enmarcadas en
arquitecturas populares de adobe, tapial y madera para los vanos y balconadas.
La localidad cuenta con viviendas de turismo rural que nos invitan a hospedarnos y conocer el maravilloso entorno que rodea a la población.
En
Pitarque podemos encontrar vegas feraces y sobrias parameras,
piedra desnuda y bosques frondosos, carrascas y rebollos,
pino albar y pino negral, enebros, sabinas y bojes, son sólo algunas de las especies que caracterizan la variada riqueza vegetal de este territorio, hábitat de una abundante
fauna montaraz que coloniza los más conspicuos ecosistemas.
A escasa distancia se sitúa el nacimiento del
río Pitarque, atractiva
excursión por los alrededores del
pueblo con recompensa asegurada. Un
camino encajonado entre altas paredes calcáreas nos conduce hacia
aguas cada vez más violentas que nos anuncian la presencia de la espectacular
cascada que da luz al río. En este camino tenemos una parada obligada en la
ermita de la
Virgen de la Peña, pequeño templete de una nave levantado con mampuesto y
tejado a dos aguas.
Pocos kilómetros al norte se encuentra otro de los espacios naturales de visita obligada, se trata de los
Órganos de Montoro, espectacular formación calcárea en torno al río Pitarque. La
historia de su formación comienza hace 75 millones de años. En el transcurso de este tiempo se han ido generando las espectaculares formas que hoy disfrutamos, con cauces encajonados entre elevadas paredes y abundante vegetación.
De aquí podemos continuar nuestra excursión hacia los Estrechos de Belloré, bello espacio natural donde volvemos a contemplar un impresionante espectáculo en el que el río Guadalope se abre paso entre laberínticos pasillos de
roca caliza.
De camino a este impactante paraje hemos de atravesar la localidad de
Montoro de Mezquita, pequeña aldea en la que se recoge todo el encanto de la zona. El pueblo cuenta con viviendas de turismo rural, siendo un magnífico punto para disfrutar de estos maravillosos
paisajes.
El este y el sur de la comarca se encuentra plagado de hermosos municipios en los que quedaremos impresionados por la belleza de sus cascos urbanos, estando algunos de ellos considerados Conjuntos Histórico-Artísticos, como es el caso de Cantavieja o Mirambel. Otros como Iglesuela del Cid, Tronchón o
Fortanete guardan al visitante un atractivo recorrido por sus calles, descubriendo pintorescos lugares plagados de un rico patrimonio arquitectónico.
Aprovechando nuestra estancia en la zona, no debemos dejar pasar la oportunidad de degustar su variada gastronomía con alimentos como el Jamón de
Teruel, la Cecina, el Lomo embuchado, la
Repostería del Maestrazgo o los sabrosos Quesos de Tronchón.