En la parte alta de la localidad de
Valderrobres se levanta un
castillo que preside el lugar majestuosamente. Desde su interior se pueden contemplar amplias vistas del
valle del Matarraña.
La
historia que documenta el Castillo de Valderrobres tiene sus inicios a finales del siglo XII y es una de las principales fortalezas de época
gótica que existen en
Aragón. Su
fachada es majestuosa. La obra presenta una serie de elementos que son propios de los
edificios góticos civiles o
militares que se extienden por toda la Corona de Aragón.
Entre sus dependencias destacan la sala de las Caballerizas, la sala Capitular, el
salón de las
Chimeneas, una gran cocina, la sala de los Leones y la Cámara Dorada. La planta del recinto es de forma hexagonal irregular, adaptándose al terreno donde se asienta, con todos sus lados rectos, pero desiguales. En sus vértices hay cubos de mayor altura que el muro, rematándolo todo con almenas defensivas comunicadas por un
camino de ronda. Su ordenación interior es la acostumbrada, con salas alrededor de un
patio descubierto rodeado por una barrera de gran altura. La mitad septentrional del castillo es de carácter más militarista.
El recinto se compone de tres niveles intermedios más uno superior o
terraza. Tienen
ventanas y vanos de formas diferentes según los pisos. En el primer piso se abren una serie de ventanas de medio punto. En el segundo piso las ventanas van decoradas con tracería gótica. En el tercer nivel había una
bóveda gótica y unos amplios
ventanales con
arcos de medio punto.
Hubo una crujía en el patio, que estuvo formado por dos plantas con arcadas. En el interior, destaca el salón de las Chimeneas, con tres arcos apuntados con tracerías en los ventanales. Arriba hay una espectacular galería con once arcos de medio punto. A todo esto hay que unir una heráldica muy amplia con los
escudos de los arzobispos García Fernández de Heredia y de Dalmau de Mur y Cervellón. Además, existe un
pasadizo aéreo que comunica el castillo con la
iglesia de
Santa María la Mayor.
El material utilizado para construir esta impresionante mole defensiva es la
piedra, totalmente trabajada en sillares bien realizados y ordenados en hileras horizontales. Se hace extensivo este sistema tanto para los muros como para las
torres que componen la estructura del
edificio. El material se extraía de la propia
montaña a la que está adosado el edificio.
El castillo fue restaurado en los años ochenta. Originalmente fue construido por orden de los obispos zaragozanos que habitaron en él durante un largo periodo de tiempo hasta la segunda mitad del siglo XVII en el que se abandonó, comenzando a partir de entonces su deterioro y su
ruina. En 1931 fue declarado
Monumento Nacional.
Historia
La reconquista de la
plaza concluyó hacia 1170. El castillo actual empezó a construirse en el siglo XIV. Fue residencia de varias
familias nobles como los Oteyza y los obispos y arzobispos de
Zaragoza, siendo residencia ocasional de la reina aragonesa doña Leonor de Alburquerque y doña María de Castilla.
En el salón de las Chimeneas se celebraron las
comidas de los asistentes a las Cortes de Aragón, que fueron convocadas por el rey Alfonso V en el año 1429. Las
reuniones tuvieron lugar en la iglesia parroquial que había sido concluida recientemente.