Tengo allí mis raices y es donde también espero echarlas. Aunque ahora estoy lejos de mi tierra, siento que por mucho que viaje este corazón mío se quedó en las viejas callejuelas de la solana, donde compartí juegos, secretis y confidencias de amores con los que aún tengo la suerte de decir que son mis amigos. Valderrobres, y en sí todo Teruel, aún conserva un aroma fresco de sinceridad y las ganas de buenas costumbres, que mezcla con el deseo de dejar de ser la cenicienta olvidada en el baile de la economía española. Espero que ese sea el espíritu que impulse a mi tierra para que tenga el excelente progreso que se espera para los próximos años. Como dice la canción que tantas veces escuché en lo que empezó siendo como el bar de Tarrós, "desde cualquier rincón del mundo, brindo contigo!".
Saludos!
Saludos!