La propiedad de la tierra siempre fue de realengo, por su pertenencia a la comunidad de aldeas de Calatayud, aunque se registran algunos intercambios en la posesión del uso y disfrute de la localidad. A finales del año 1219, el abad del
monasterio de
Piedra, Jimeno, dio al rey Jaime I la localidad de Villafeliche, a cambio de las localidades de
Abanto y
Monterde. El mismo monarca, según un documento del año 1303, reinando Jaime II de
Aragón, había entregado al monasterio de Piedra las salinas de Abanto a cambio del
castillo de Villafeliche.