Leo en el Libro de los Proverbios: "Una buena ama de casa ¿Quién la encontrará?" Yo fui el afortunado que tuvo el privilegio de conocer, durante mi infancia en la Ínsula, a todas las mujeres del lugar y puedo dar fe que todas ellas eran buenas, laboriosas, honorables, dignas de todos los elogios que dicho Libro les dedica. Las recuerdo atendiendo solícitamente el hogar y la educación de sus hijos, lavando la ropa en el Galacho, charlando alegremente todas a la vez y matizando el trabajo con alguna jotica cantada con tanta fuerza que se las oía desde la taberna del tío Patrona y hasta desde la plaza del pueblo. Cuando hacía buen tiempo se las veía sentadas en unas sillas bajicas a la puerta de la casa, en animada conversación mientras tejían alguna prenda para el invierno o surciendo la ropa de chicos y grandes. Para todas ellas guardo en mi corazón admiración y cariño. Pero me atrevo a nombrar a tres por motivos especiales.
La Mercedes la Chava: Fue mi niñera. Cuando terminada la carrera volví al pueblo y al encontrarnos me abrazó con fuerza contra su corazón y con lágrimas rodando por las mejillas repetía una y otra vez: "Hijo mío cuánto has crecido y cuánto te quiero". Soy duro para las emociones pero tanto cariño me conmovió y también yo dejé correr lágrimas de ternura y gratitud.
La Conchita García, hija del tío Pedro y hermana de Olegario. Atendía la carnicería y allí acudía yo a comprar "carne de hilos" (falda) cumpliendo órdenes de mi madre. Y siempre la encontraba bien presentada y sonriente. A todos atendía cuidadosamente y de buen humor, con palabras amables para todo el mundo. Pero para mí, chiquillo de 9 o 10 años tenía una atención preferencial mostrándome un cariño muy particular que se traducía en "dejar correr la romana a mi favor". ¡Qué maravilla de mujer!
Y termino con un recuerdo agridulce: no quiero equivocarme pero creo que era hija de la tía Felipa y hermana de José María el albañil: LA PATRO. Mocica de pocos años con frecuencia me llevaba a su casa para regalarme con algo dulce. Y yo, con mis cuatro añicos, me pegaba a ella atraído por sus muestras de afecto. Me quería muchísimo y cuando con sus amigas iba al baile, en lo de Antonio Logroño, me llevaba con ella y con entusiasmo les decía: "Yo me casaré con Eduardico". -Pobrecica La Patro: con poco más de sus 20 espléndidos años terminó su peregrinación aquí en la tierra. --- Tengo la firme esperanza de reencontrarme con ella en la otra vida. Y entonces nos fundiremos en un abrazo para compartir felices la Vida para Siempre.
La Mercedes la Chava: Fue mi niñera. Cuando terminada la carrera volví al pueblo y al encontrarnos me abrazó con fuerza contra su corazón y con lágrimas rodando por las mejillas repetía una y otra vez: "Hijo mío cuánto has crecido y cuánto te quiero". Soy duro para las emociones pero tanto cariño me conmovió y también yo dejé correr lágrimas de ternura y gratitud.
La Conchita García, hija del tío Pedro y hermana de Olegario. Atendía la carnicería y allí acudía yo a comprar "carne de hilos" (falda) cumpliendo órdenes de mi madre. Y siempre la encontraba bien presentada y sonriente. A todos atendía cuidadosamente y de buen humor, con palabras amables para todo el mundo. Pero para mí, chiquillo de 9 o 10 años tenía una atención preferencial mostrándome un cariño muy particular que se traducía en "dejar correr la romana a mi favor". ¡Qué maravilla de mujer!
Y termino con un recuerdo agridulce: no quiero equivocarme pero creo que era hija de la tía Felipa y hermana de José María el albañil: LA PATRO. Mocica de pocos años con frecuencia me llevaba a su casa para regalarme con algo dulce. Y yo, con mis cuatro añicos, me pegaba a ella atraído por sus muestras de afecto. Me quería muchísimo y cuando con sus amigas iba al baile, en lo de Antonio Logroño, me llevaba con ella y con entusiasmo les decía: "Yo me casaré con Eduardico". -Pobrecica La Patro: con poco más de sus 20 espléndidos años terminó su peregrinación aquí en la tierra. --- Tengo la firme esperanza de reencontrarme con ella en la otra vida. Y entonces nos fundiremos en un abrazo para compartir felices la Vida para Siempre.