Escribo para esa persona que contaba como era la vida del pueblo en los 50 y 60. Yo soy extremeña pero ahora soy de Cabolafuente, tengo una casa rural allí y me hace mucha ilusión cuando me meto en internet y veo estas cosas que Vd. Escribe. No tiene que ponerse triste, solo hay que decidir venir y ver como marchan las cosas, por supuesto que no es facil viendo como se han reducido estos pueblos pero se mantienen fuertes, vivos y con esperanzas para que en cualquier momento salgan de su letargo ... (ver texto completo)