Antiguo
convento de franciscanos, afectado por la desamortización de Mendizábal, pasó a manos privadas, sirviendo para usos diversos: almacén de grano, viviendas para
familias (dividiendo con tabiques su interior), finalmente en los años 80 sus dueños venden las tejas y vigas, destruyendo el
claustro. Actualmente se encuentra en venta.