Recién acabada la Guerra Civil, el colegio se encontraba en los bajos del Ayuntamiento. Según se mira a su fachada principal, a la izquierda se encontraban las aulas de los niños y a la derecha las de las chicas. En invierno las pasábamos "moradas", pues solo había una estufa de leña por clase para la que en ocasiones incluso faltaba dotación de combustible. En cambio teníamos una ventaja:cuando nos castigaban sin comer podíamos escaparnos a través de las rejas de las ventanas, siempre que por ellas pudieramos pasar la cabeza, ya que los cuerpos los teníamos bastante escuálidos bebido a la escasa alimentación que ingeríamos en aquellos tiempos.