Hacia 1964, ángel Ibáñez no tenía equipo. Se trasladó a Asturias junto a Jesús Manzaneque a correr varias carreras. No ganaron ninguna y, por tanto, tampoco ingresaron dinero. A la vuelta de Asturias, ángel se hospedó en casa de su hermano (Torrejón de Ardoz) y comentó que iba a dejar la bicicleta (estaba desmoralizado). Su hermano le animó, se fueron a Casa Macario (famosa tienda y taller de Madrid) donde había una bicicleta en venta de Federico Martín Bahamontes. La compraron (costó 8.000 pesetas). Varios días después se celebró una carrera en Madrid y ángel la ganó, motivo que le animó. ángel volvió a Cataluña, siguió corriendo y fue fichado por el equipo Ferrys.
Como profesional, ángel Ibáñez corrió 7 vueltas España, 1 Tour de Francia y diversas pruebas más internacionales (Dauphine Liberé, Milán-San Remo, etc). Su triunfo más importante fue una etapa en la Vuelta a España de 1967: Lérida-Zaragoza, donde anduvo prácticamente toda la etapa escapado y llegó en solitario a la meta, a una media de 42 km/h. En esa etapa hizo tercero, en el sprint del pelotón, Domingo Perurena que comenzaba su carrera como profesional.
Como profesional, ángel Ibáñez corrió 7 vueltas España, 1 Tour de Francia y diversas pruebas más internacionales (Dauphine Liberé, Milán-San Remo, etc). Su triunfo más importante fue una etapa en la Vuelta a España de 1967: Lérida-Zaragoza, donde anduvo prácticamente toda la etapa escapado y llegó en solitario a la meta, a una media de 42 km/h. En esa etapa hizo tercero, en el sprint del pelotón, Domingo Perurena que comenzaba su carrera como profesional.