Soy canario y por cuestiones de trabajo tuve que viajar cerca de Belchite este fin de semana. No quise dejar de acercarme al lugar donde llevaron a mi padre a luchar por no se qué causa y donde, de sus 23 compañeros de formación, sólo él sobrevivió. Aquí murieron cientos o tal vez miles de canarios a más de 2000 kms de su tierra, y a sus cuerpos se les dió sepultura sin despedida de sus familias. La huella que esta masacre dejó en mi padre no se le llegó a borrar nunca, y marcó para siempre su carácter. Comprobé que entre la gente joven de la zona no hay mucho conocimiento de lo que aquí pasó. Me resulta conmovedor que tanta gente, de uno y otro bando, dejara tanta sangre en estos parajes y que el paso del tiempo solo lo atestigue a través de unas ruinas.
Por ello me gustaría que se hiciera lo máximo posible por seguir conservando para la memoria colectiva este pueblo como símbolo de los horrores de las guerras, da igual de quién haya sido la idea.
Por ello me gustaría que se hiciera lo máximo posible por seguir conservando para la memoria colectiva este pueblo como símbolo de los horrores de las guerras, da igual de quién haya sido la idea.