El pasado fin de semana estuve en Belchite, viaje que tenía muchas ganas de realizar, puesto que me interesa mucho la historia Militar y vivo en Zaragoza. A nuestra llegada, observamos como un grupo de jovenes había plantado la tienda de campaña sin ningún prejuicio en la entrada del pueblo. Posteriormente nos topamos con una familia y cuál fue mi sorpresa, al oir el comentario de la mujer. Decía que gracias a la televisión, ahora se conocía Belchite, que nunca se había sabido nada al respecto y que se habían desviado cien kilómetros de su trayectoría para escuchar psicofonías. De verdad, que me llego al alma que dijera eso. Desde aquí escribo para recordar a mucha gente que tenga un respeto por la ingente cantidad de personas, tanto cíviles como militares, que allí perecierón. Y que Belchite es mucho más que psicofonías y fenómenos que no podemos explicar, hay una historia y se tiene que mantener. Por eso, me gustaría que la gente no vaya sólo motivada por esto y que se documente bien de la agonía que tuvierón que pasar esta gente. Otra puntualización, en el pueblo de Belchite tras la guerra todavía seguía viviendo gente y que el pueblo nuevo se hizo porque Franco dio a elegir entre el pueblo nuevo o restaurar el pueblo, que se podía haber restaurado.