Biota se encuentra ubicada en un lugar estratégico, controlando uno de los vados del
río Arba en un punto en el que se construyó una
torre de defensa para su control.
Alrededor de dicha torre (hoy adosada al llamado
Palacio de los Condes de Aranda) se creó un núcleo habitado, que inicialmente (en 1071) parece ser que pertenecía al
Monasterio de
San Juan de la Peña.
En 1091 el rey Sancho Ramírez de
Aragón nombra tenente de la torre a Fortún Aznárez, que se encarga de la repoblación del lugar.
La torre y el
pueblo adjunto pertenecieron desde 1169, tras varios cambios, a la
familia de los Urrea, pasando luego a manos de los condes de Aranda, en tanto que vizcondes de Biota.
En 1772 los condes de Aranda venden el Palacio y el título de vizconde de Biota a Matías Landábaru.
En 1995 el Palacio es vendido, por precio simbólico, al
Ayuntamiento de Biota.