En el
Altar Mayor encontramos el
retablo barroco labrado por el
escultor Bernabé Mendoza y dorado por el religioso franciscano Fray Manuel
Castellón en al año 1754.
En el centro vemos la imagen sedente de la
Virgen con el Niño sentado en su rodilla izquierda, talla de madera de 1.30 m. de altura que se cree de los tiempos visigodos. En su mano derecha sostiene una rosa y en la mano izquierda del niño, la esfera terrestre. A los lados de la Virgen,
San Joaquín y
Santa Ana y encima del Camarín, San José.