A finales del siglo XIV, es objeto de intensas reformas, adquiriendo el aspecto de las
iglesias fortaleza de la época, de la que recientemente se han restaurado un tramo del adarve con
arcos apuntados, junto al
pórtico que circundaba la
iglesia, y el cuerpo central de la
torre del Batallón, actualmente torre del
Reloj.