En la localidad aragonesa de Calatayud nos encontramos con esta colegiata que aspiró siempre al rango de catedral pero sin llegar nunca a conseguirlo. Fruto de este anhelo son las sucesivas remodelaciones que ha sufrido el edificio, que a pesar de todo conserva la torre, el claustro y el ábside mudéjares originales. Su torre octogonal es uno de los referentes del arte mudéjar en España, así como una de las más altas. En ella podemos observar la influencia de los miranetes musulmanes en esta forma de construir.
La decoración en ladrillo de esta serie de elementos contrasta vivamente con los elementos renacentistas de los que se compone el resto de la colegiata, en una mezcla que le da un carácter único y sorprendente a la decoración.
La decoración en ladrillo de esta serie de elementos contrasta vivamente con los elementos renacentistas de los que se compone el resto de la colegiata, en una mezcla que le da un carácter único y sorprendente a la decoración.