Del pasado más reciente hay que reseñar dos hitos importantes. El primero nos habla de un 20 de abril de 1979, fecha en la que el Consejo de Ministros declaró la
portada principal del
monasterio y la
iglesia monumento histórico-
artístico nacional. El segundo fue la decisión que se tomó a renglón seguido, en 1981, de acometer la única actuación reseñable tras muchos años de olvido. Y es que la amenaza de desplome de la gran
cúpula levantada sobre el crucero era más que evidente, así que se construyó un gran armazón de hormigón para sostenerla.