La ciudad de
Daroca fue fundada por los musulmanes alrededor del año 800. Su extraordinaria situación, en la
cuenca del Jiloca y en el centro de dos importantes ejes de comunicación, la configuraron rápidamente como una de las principales ciudades del territorio y durante toda la Edad Media se mantuvo como una de las principales referencias comerciales y culturales del Reino de
Aragón.
Así, al resguardo de su impresionante recinto
amurallado, Daroca alberga un patrimonio
artístico y cultural de primer orden -fue declarado conjunto histórico artístico nacional en 1967- en el que puede rastrearse toda la evolución del
arte cristiano
medieval.
Iglesias,
palacios, las mismas callejuelas o los imponentes
torreones de la
muralla son testimonio del esplendoroso pasado de la ciudad.