Ejea de los Caballeros (Z)
Ejea de los Caballeros conserva dos interesantes iglesias de fuerte tradición románica.
Iglesia de Santa María.
En el viejo castillo se habilitó una capilla dedicada a San Juan Bautista. Medio siglo después, consolidada la repoblación del valle del Ebro, sobre el solar de aquella capilla se edificó la actual iglesia de Santa María, que no olvidó en su factura todo el valor estratégico de su emplazamiento en lo más elevado del poblado, y adoptó una arquitectura de sabor castrense; fue consagrada en 1174 por el obispo de Zaragoza, Pedro Torroja.
El exterior de la misma se halla muy modificado a causa de detrimentos de ruina y construcciones añadidas con posterioridad, pero su interior conserva mejor el plan de origen, siendo visible incluso el viejo aparejo de sillería en las bóvedas. Tiene torre, cuya base o primer cuerpo es románico, y sobre él se construyó un segundo, de ladrillo, decorado a lo mudéjar. (47)
Iglesia consagrada en 1174 que sufre modificaciones en momentos posteriores al de su fábrica inical que transforman levemente la fisonomía original. Es una iglesia de una nave dividida en cinco tramos rematada con ábside poligonal de cinco paños. Tiene varias capillas laterales entre los contrafuertes. En la parte superior exterior el perímetro cuenta con una estructura defensiva rematada con almenas en la zona del ábside. Como acceso encontramos dos portadas, una barroca y otra románica. La portada románica se sitúa en el segundo tramo del muro sur. Se encuentra cobijada bajo un tejaroz. Está formada por un arco de medio punto y cuatro arquivoltas que se apoyan en cuatro columnas de fuste cilíndrico. En el tímpano encontramos un relieve muy deteriorado en el que se puede distinguir un crismón circular trinitario de siete brazos con roseta central.
Bajo el coro de los pues se conserva una pila bautismal de copa semiesférica y lisa apoyada en el suelo. En el lienzo septentrional del ábside encontramos un relieve con la Anunciación. A pocos metros de este un atril formado por un racimo de cuatro columnas de piedra. (642)
Iglesia del Salvador.
Medio siglo después se terminaba la otra gran iglesia de Ejea, dedicada al Salvador en el año 1222 por el obispo zaragozano Jimeno de Luna.
La iglesia del Salvador presenta por fuera un pintoresco aspecto de edificio fortificado, con su bella torre gótica provista de cuatro atalayas en las esquinas, y con los muros rematados por almenas. Es iglesia orientada y construida en aparejo de sillería bien labrado.
la obra de la iglesia del Salvador debió realizarse durante el último cuarto del siglo XII, acaso antes; es posible que la fecha de consagración se refiera a una reforma de la cabecera, habida cuenta de la imperfección del empalme de la bóveda del ábside con la de la nave. (47)
Hoy en día es un edificio muy transformado. De época tardorrománica encontramos restos en la cubierta de su nave, la portada principal en el muro norte, y en la fachada occidental la base de las dos torres, otra portada y un ventanal. En la fachada oeste está flanqueada por dos torres que no superaban originalmente la altura del edificio.
Restos escultóricos: se encuentran en las portadas de los muros occidental y septentrional. Son restos escultóricos de carácter narrativo. La portada norte es de arco ligeramente apuntado con cinco arquivoltas de las que sólo cuatro se apoyan en columnas. En las arquivoltas y en el tímpano encontramos escenas del Nuevo Testamento. En las arquivoltas encontramos las siguientes representaciones: representaciones de tipo zoomorfo sacadas de los bestiarios y un ciclo de la vida de Jesús (infancia, vida pública y pasión).
La portada oeste tiene cuatro arquivoltas de las cuales solo tres se articulan sobre columnas. En el tímpano encontramos un crismón trinitario llevaod por dos ángeles arrodillados de alas extendidas.
En el interior, encontramos restos escultóricos en los capiteles de las pilastras en las que descansan los arcos fajones: serpientes aladas, carnívoros y elementos vegetales. (642) web local (Círculo Románico)
Ejea de los Caballeros conserva dos interesantes iglesias de fuerte tradición románica.
Iglesia de Santa María.
En el viejo castillo se habilitó una capilla dedicada a San Juan Bautista. Medio siglo después, consolidada la repoblación del valle del Ebro, sobre el solar de aquella capilla se edificó la actual iglesia de Santa María, que no olvidó en su factura todo el valor estratégico de su emplazamiento en lo más elevado del poblado, y adoptó una arquitectura de sabor castrense; fue consagrada en 1174 por el obispo de Zaragoza, Pedro Torroja.
El exterior de la misma se halla muy modificado a causa de detrimentos de ruina y construcciones añadidas con posterioridad, pero su interior conserva mejor el plan de origen, siendo visible incluso el viejo aparejo de sillería en las bóvedas. Tiene torre, cuya base o primer cuerpo es románico, y sobre él se construyó un segundo, de ladrillo, decorado a lo mudéjar. (47)
Iglesia consagrada en 1174 que sufre modificaciones en momentos posteriores al de su fábrica inical que transforman levemente la fisonomía original. Es una iglesia de una nave dividida en cinco tramos rematada con ábside poligonal de cinco paños. Tiene varias capillas laterales entre los contrafuertes. En la parte superior exterior el perímetro cuenta con una estructura defensiva rematada con almenas en la zona del ábside. Como acceso encontramos dos portadas, una barroca y otra románica. La portada románica se sitúa en el segundo tramo del muro sur. Se encuentra cobijada bajo un tejaroz. Está formada por un arco de medio punto y cuatro arquivoltas que se apoyan en cuatro columnas de fuste cilíndrico. En el tímpano encontramos un relieve muy deteriorado en el que se puede distinguir un crismón circular trinitario de siete brazos con roseta central.
Bajo el coro de los pues se conserva una pila bautismal de copa semiesférica y lisa apoyada en el suelo. En el lienzo septentrional del ábside encontramos un relieve con la Anunciación. A pocos metros de este un atril formado por un racimo de cuatro columnas de piedra. (642)
Iglesia del Salvador.
Medio siglo después se terminaba la otra gran iglesia de Ejea, dedicada al Salvador en el año 1222 por el obispo zaragozano Jimeno de Luna.
La iglesia del Salvador presenta por fuera un pintoresco aspecto de edificio fortificado, con su bella torre gótica provista de cuatro atalayas en las esquinas, y con los muros rematados por almenas. Es iglesia orientada y construida en aparejo de sillería bien labrado.
la obra de la iglesia del Salvador debió realizarse durante el último cuarto del siglo XII, acaso antes; es posible que la fecha de consagración se refiera a una reforma de la cabecera, habida cuenta de la imperfección del empalme de la bóveda del ábside con la de la nave. (47)
Hoy en día es un edificio muy transformado. De época tardorrománica encontramos restos en la cubierta de su nave, la portada principal en el muro norte, y en la fachada occidental la base de las dos torres, otra portada y un ventanal. En la fachada oeste está flanqueada por dos torres que no superaban originalmente la altura del edificio.
Restos escultóricos: se encuentran en las portadas de los muros occidental y septentrional. Son restos escultóricos de carácter narrativo. La portada norte es de arco ligeramente apuntado con cinco arquivoltas de las que sólo cuatro se apoyan en columnas. En las arquivoltas y en el tímpano encontramos escenas del Nuevo Testamento. En las arquivoltas encontramos las siguientes representaciones: representaciones de tipo zoomorfo sacadas de los bestiarios y un ciclo de la vida de Jesús (infancia, vida pública y pasión).
La portada oeste tiene cuatro arquivoltas de las cuales solo tres se articulan sobre columnas. En el tímpano encontramos un crismón trinitario llevaod por dos ángeles arrodillados de alas extendidas.
En el interior, encontramos restos escultóricos en los capiteles de las pilastras en las que descansan los arcos fajones: serpientes aladas, carnívoros y elementos vegetales. (642) web local (Círculo Románico)