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Distinguidos señores:
Quiero poner en conocimiento de todos los respetables y admirables ciudadanos Epilenses, de una historia que ocurrió hace 26 años.
Un señor de su apreciada población llamado Humberto Murillo Salanova dejó embarazada a su novia, la cual estudiaba por aquella época en la Universidad de Zaragoza. En cuanto se apreció de la noticia, dejó de lado a su pareja y no quiso saber más. Su novia tuvo que volver a su pueblo de la província de Huesca y comunicar tal noticia a su familia a consecuencia de esto fue repudiada en su pueblo, y tuvo que partir hacia Barcelona para que pudiera nacer su hija en su asilo de Barcelona.
Me parece muy triste que en estos 26 años que han pasado, este señor no se haya interesado por la hija que tiene y que su antigua novia haya tenido que sacar hacia delante a su hija.
Señor Murillo su hija es una persona maravillosa, noble y dulce.
Todo esto no lo hago con ánimo de hacer leña del arbol caído pero tiene que darse cuenta que eludió una responsabilidad sumamente grave.
Dentro de unos meses me casaré con su hija, soy muy feliz a su lado y es la persona más maravillosa que he conocido.
P.de : En esta vida hay que tener decencia y dignidad
Un saludo y un abrazo muy fuerte a los respetables ciudadanos Epilenses.
Quiero poner en conocimiento de todos los respetables y admirables ciudadanos Epilenses, de una historia que ocurrió hace 26 años.
Un señor de su apreciada población llamado Humberto Murillo Salanova dejó embarazada a su novia, la cual estudiaba por aquella época en la Universidad de Zaragoza. En cuanto se apreció de la noticia, dejó de lado a su pareja y no quiso saber más. Su novia tuvo que volver a su pueblo de la província de Huesca y comunicar tal noticia a su familia a consecuencia de esto fue repudiada en su pueblo, y tuvo que partir hacia Barcelona para que pudiera nacer su hija en su asilo de Barcelona.
Me parece muy triste que en estos 26 años que han pasado, este señor no se haya interesado por la hija que tiene y que su antigua novia haya tenido que sacar hacia delante a su hija.
Señor Murillo su hija es una persona maravillosa, noble y dulce.
Todo esto no lo hago con ánimo de hacer leña del arbol caído pero tiene que darse cuenta que eludió una responsabilidad sumamente grave.
Dentro de unos meses me casaré con su hija, soy muy feliz a su lado y es la persona más maravillosa que he conocido.
P.de : En esta vida hay que tener decencia y dignidad
Un saludo y un abrazo muy fuerte a los respetables ciudadanos Epilenses.